Diego Rivera |
Desde el interior de las ciencias humanas la sociología es un fenómeno contemporáneo y específicamente francés. No es extraño que haya sido en Francia donde se produjeron las primeras manifestaciones de sistematización política, fenómeno del cual Marx en el siglo XIX sirvió de base a lo que sería la teoría materialista de la historia. La sociología como ciencia de la sociedad y ciencia histórica por antonomasia, y lo digo por aquellos retrógrados que piensan que las ciencias sociales y humanas están inconexas y que el historiador, el sociólogo, el economista, el antropólogo y el filósofo tienen discursos sobre la realidad totalmente en las antípodas de aquello que el padre Teilhard de Chardin llamaba “el fenómeno humano”. Aunque la ciencia histórica es más rigurosa en términos epistémicos, esto está determinado por los niveles ontológicos de saber social. La sociología es más joven en sus planteamientos epistemológicos y metodológicos, de forma tardía Emile Durkheim y Max Weber (clásicos duros de la sociología) crearon los supuestos metodológicos que caracterizan a la sociología como ciencia fáctica o ciencia de hechos, sin emular los postulados de la ciencia experimental-
El historicismo alemán con
Wilhem Dilthey insistió en el carácter autónomo que deberían tener las ciencias
humanas coincidiendo con el historicismo marxista (Lukács, y Gramsci desde los
cuadernos de la cárcel). El historicismo supedita la subjetividad del hombre, a
los designios del progreso, la teleología y la escatología, en términos
sencillos el historicismo es una bifurcación entre la sociedad y el mundo
natural, es decir el entorno en donde la conciencia histórica se desarrolla. En
estos temimos de maduración temática, surge la sociología política o del
fenómeno político, a pesar de lo que dice el profesor, Norberto Bobbio, fue
Marx el fundador de una sociología política aunque de forma esbozada antes que
Max weber iniciara sus aportes sobre el fenómeno del poder.
En Marx hay una filosofía y
una sociología política, es decir una especulación sobre el fenómeno del poder
en términos generales, que es el poder en términos metafísicos, antes de su
caracterización sociológica, es decir concreta. Marx es sociólogo en la medida
de que comienza hacer una –deconstrucción- de la sociedad burguesa y sus
interrelación y contradicción inherentes. El análisis de las clases sociales en
Marx es un tema que no desarrolló y que murió antes de dar su concepto de
clases sociales en el último capítulo del capital. De la lucha entre capital y
trabajo se desprende una contradicción entre explotadores y explotados, la
extracción de plusvalía por parte de la clase empresarial a la clase obrera,
cuestión de donde Marx creará su teoría de la explotación, la teoría de la
plusvalía y su teoría del valor-trabajo. El valor de la cosas (mercancías) está
determinado por el tiempo socialmente necesario para su producción, y el precio
de las cosas está determinado por los vaivenes del mercado no por cuestiones subjetivas
como aseveró la teoría Marginalista (teoría subjetiva del valor). La teoría
marxista del Estado será otro de los aportes al surgimiento de una sociología
política, el Estado es para Marx una empresa que tendrá un carácter de clase,
el Estado es un fenómeno coercitivo que regula las contradicciones en la
sociedad (F. Engels) cuestión que van sintonía con las aspiración de la
pluralidad de la democracia representativa que la burguesía decimonónica
propondría como solución para resolver las contradicciones entre capital y
trabajo, entre movimiento obrero y burguesía.
Max Weber será otro intento
de crear una sociología del poder y la coerción política, para weber la
política será una actividad reguladora de la vida social, para weber el poder
es coerción por antonomasia, es excluyente, lo es porque se forja al calor de
la contradicción social entre los diferentes grupos que configuran una sociedad
concreta.
Maurice Duverger insiste en
que la sociología política compite con la ciencia política y la filosofía
política por el lugar de la interpretación en el cosmos científico, y su rango
como disciplinas autónomas. La sociología política fue por mucho tiempo
análisis del fenómeno estatal concepción que es totalmente hegeliana y pasó de
ahí al análisis marxista. La sociología política pasará a ser análisis del
Estado al análisis del poder, es decir ciencia del fenómeno del poder.
En el caso del profesor
Duverger la sociología política ha sido análisis constante de los sistemas
políticos, los orígenes y problemas de los partidos políticos continuando los
análisis de Robert Michels en Alemania, de la élite gobernante de Gaetano Mosca
en Italia y Wilfredo Pareto sobre las tendencias oligárquicas en el seno de
todo grupo humano.
Giovanni Sartori un experto
y erudito autor de muchos textos sobre la democracia ha dado mucho que hablar
junto con el profesor italiano Norberto Bobbio, Sartori ha creado una muy
refinada teoría elitista de la democracia, muy acorde con los designios y
necesidades de la democracia occidental, el sistema capitalista y la clase
empresarial. Las teorías elitistas de la democracia han insistido al borde de
la locura en la incapacidad cultural e intelectual de las masas por crear
mecanismos que coadyuven a la configuración de una cultura democrática, muy por
el contrario según estos teóricos las mayorías “incultas” y descarriadas minan
tal desarrollo.
Contradictoriamente, la
teoría marxista insiste en el carácter creador de las masas en la construcción
de una cultura democrática, una sociedad de iguales, de pluralismo democrático.
Muchos de los postulados de la democracia occidental fueron ganados al calor de
la lucha de clases y no fueron unos regalos de la benevolencia divina y la
sensibilidad elitista ante el sufrimiento humano de masas.
Lamentablemente la
democracia desde sus inicios fue un movimiento de masas y violento muchas
veces, desde la Atenas de Pericles hasta el republicanismo de los levelers en
la Inglaterra de Cromwel , desde la democracia radical de los jacobinos hasta
la república de Weimar. Democracia y autoritarismo, democracia y revolución no
se excluyen como bien lo dice George Novack, la experiencia histórica lo ha
demostrado.
La democracia es un
constructo histórico, un fenómeno de masas, un manifestación de la radicalidad
ontológica del ser socio histórico del hombre, por encontrarle justificación a
su existencia (Sartre). Por eso argumento y en esto me baso en Heidegger y
Sartre filósofos que a primera vista no tienen que ver con la filosofía y
sociología política, pero su argumento ontológico puede ser usado para
argumentar una ontología política, un estudio del fenómeno de lo político desde
el ser, desde la radicalidad de su constitución metafísica, como animal de
realidades, como ser histórico. La política es la búsqueda del hombre de sí
mismo, la búsqueda de sus contradicciones históricas inherentes, para darle
solución al problema societal en el cual está diluido por ser animal político
como bien lo decía Aristóteles, el gran filósofo griego.
Fue Max Weber el pensador de
lo social, de hecho sociológico que le dio a la sociología su etapa de madurez
epistemológica, con Weber la sociología obtuvo lo que desde Comte a Spencer no
había tenido, y era más rigurosidad epistémica y temática. En este caso los
aportes de Weber a la sociología política son muy amplios y diversos. Con Weber
ya vemos con mayor acabado los análisis de las relaciones humanas y las
relaciones de lo político, y el hecho político. Es de hacer notar que Marx se
interesó por las relaciones de lo político y son muy importantes sus aportes en
esta parte, su reflexión giró más en torno a el funcionamiento de la economía y
el modo de producción capitalista, posiblemente fue su mayor aporte y máximo
teórico. Con Weber sucede a la inversa, Weber le dio más importancia y teorizó
más sobre los aspectos que en el marxismo clásico se llamaban “superestructura,
es decir, los fenómenos que estaban supeditados a la esfera económica, pero que
no estaban desconectados, sino interrelacionados de forma dialéctica, sobre esto
el lector puede consultar a George Ritzer, Raymond Aron solo para mencionar a
algunos teóricos que se estudian en Honduras.
La importancia de Weber
destaca hoy cuando muchos de sus intérpretes lo consideran ya un clásico, y
esto consiste que el autor de alguna manera es insuperable en algunos temas
específicos, como la dominación, la burocracia, autoridad, legitimidad y
carisma. La sociología comprensiva inaugurada por Weber será la teoría que le
dará madurez a la sociología ulterior, digamos que a diferencia de Marx, el
proceso de racionalización de la sociedad occidental que para Marx fue su
enajenación, para Weber fue el proceso de racionalización, tipología usada por
Weber para explicar la realidad social como acción social y tipos ideales.
Los tipos ideales son como
categorías para aprehender la fenomenología social en tu proceso y desarrollo,
algo similar como en Karl Popper y el falsacionismo epistemológico. Lo que era
enajenación y distorsión en Marx para Weber era racional, lo racional es real y
lo real es racional, aseveración hegeliana y que no es accidental encontrarla
en la sociología comprensiva y todo el edificio teórico de Weber. Para Weber la
sociedad capitalista encarnaba esa racionalidad y toda su estructura societal y
burocrática. Para Weber la burocracia es el producto racional más genuino de la
racionalidad de occidente, es la piedra angular de ese orden, es también el
funcionario especializado, piedra angular del Estado moderno y de la economía
capitalista. En ese sentido la burocracia será el fenómeno sobre el cual Weber
edificará su sociología política. La burocracia como forma de dominación legal
como lo dice en su Sociología de la Dominación, una obra que podemos encontrar
en nuestra librería de Honduras.
Sin embargo para Weber la
burocracia era la forma de esa racionalización eso no impedía que la democracia
representativa no se llegara a edificar, es de hacer notar que Weber no centró
su atención en la democracia como forma de racionalización, esto lo hicieron
sociólogos posteriores, Pareto, Michels Mosca y Schumpeter posteriormente
desarrollaron una sociología de la democracia y su formas de realización; una
teoría de la democracia elitista que con Weber tendrá su iniciación teórica.
Esa tendencia de las sociedades a la burocratización también las pudo observar
Cornelius Castoriadis en su libro EL Ascenso de la Insignificancia, con una
impronta evidentemente weberiana, Castoriadis hace suyo el análisis de Weber
pero no para argumentar la imposibilidad del socialismo como sí hizo Weber de
forma no tan explícita. ¿Será esa tendencia a la burocratización racional un
impedimento para la construcción de sociedades más autónomas, más democráticas
y el mismo socialismo? Todo ese edificio teórico que fundamenta la racionalidad
de occidente, es decir, que la sociedad capitalista descansa sobre supuestos
que no podrían ser otros que los de la racionalidad burguesa. En ese sentido
weber es un legitimador del derecho burgués y que esa racionalidad burocrática,
esa tendencia de la sociedad a hacer uso de la legalidad y la violencia para
hacer ejercer el poder del estado sobre el resto de la sociedad hace difícil
construir otra tipo de racionalidad. El tema del liderazgo también fue
teorizado por Weber, en su teoría del carisma. El sostenía que el líder debía
salir del parlamento que sólo un sistema parlamentario podía brindar líderes
auténticos, y calificados para la administración pública. Aunque Weber no fue
un teórico explícito de la democracia pero sí de la burocracia y de las
tendencias oligárquicas de las naciente sociedad de masas, La Rebelión de las
Masas diría Ortega Y Gasset, para él la democracia era un procedimiento, y de
aquí vemos los argumentos teóricos sobre los cuales Schumpeter creará su teoría
de la democracia procedimental y elitista hasta llegar a Sartori y Robert Dahl.
Weber pensaba que a pesar de esa irrupción de las masas en la vida pública esta
no modificaba la realidad de la dominación de las minorías, de nuevo en esto no
era muy diferente que Schumpeter, para él siempre la acción política se rige
por principio del pequeño número, con esto nuestro sociólogo seguía los mismos
postulados de Robert Michel, el teóricos de los partidos políticos y de la
aseveración de La Ley de hierro de la oligarquía, es decir, toda la tendencia
de las organizaciones políticas a la burocratización y el elitismo, y esto
valía también para los sindicatos cuestión analizada por Lenin también en esa
época.
Weber no pensaba en la
imposibilidad de la profundización de la democracia, pero que esta se hacía
mucho más compleja en la creciente complejización y racionalización burocrática
de la sociedad de masas e industrial. El conocimiento es siempre una
aproximación a la realidad, ella es mucho más variada en sus manifestaciones y
en sus cambios, pero el hombre de ciencia no renuncia por ello a captar la
realidad en todas sus dimensiones posibles, ese es el acicate del científico
social; y Weber encarnó muy bien esa sociología de la acción social, la
racionalidad y la comprensión sociológica. Definitivamente que Weber es ya un
clásico, posiblemente el último clásico, aunque hay debates sobre si Talcot
Parsons lo es, pero son debates que se dan en otras latitudes y desconozco si
se dan en España.
El enciclopedismo de la
sociología de Weber no fue óbice para que incluso sea estudiado por marxistas,
siendo respetados por sociólogos de casi todas las tendencias desde Parsons a
Habermas que en su Teoría de la acción comunicativa le dedica mucho análisis.
Es necesario volver a los clásicos, es algo que se hace de forma dialéctica, y
otras veces no, sobre todo los marxistas que siempre están regresando a los
clásicos en la crisis periódica del marxismo, lo cual es anti marxista, pero
que en Weber no está censurado por la propia metodología del autor.
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