Bomba de Hidrógeno y Kim Jong-Un, dos mentiras atómicas del comunismo bélico.



Las posibilidades de que  Corea del  Norte, según  su líder, Kim Jong-Un, haya detonado una bomba de hidrógeno (Bomba H) son del 0%. Hay mentiras políticas y, últimamente, hasta atómicas.

Normalmente, aquellos países que se afanan en armas nucleares primero desarrollan armas que usan fisión para romper grandes átomos como el torio, uranio o  plutonio en pequeños átomos y así crear una cantidad muy considerable de energía. En el supuesto  que los  pocos  investigadores del  ejército norcoreano – pagado íntegramente por China e Irán- habría que desarrollar armas de fusión, en las que pequeños átomos como el hidrógeno se combinan para generar inmensas cantidades de energía,  o  sea, imposible ya que cualquier manipulación  o traslado de dichos  minerales o artilugios necesarios para conseguir dicho fin serían detectados por el  pentágono al instante.

Las armas nucleares basadas en la fisión (Rotura del núcleo de un átomo, con la consiguiente liberación de energía) comúnmente tienen una potencia de alrededor de 10 kilotones más o menos, mientras que las armas nucleares que emplean la fusión pueden tener una potencia que se mide en megatones. (Un kilotón equivale a 1.000 toneladas, un megatón equivale a 1.000 kilotones).

A todos los países investigadores del mal les lleva muchos años desarrollar armas de fisión de manera independiente, y aún más años (más de siete para EEUU) entre la primera prueba de un arma de fisión y la primera prueba de un arma de fusión.

Corea del Norte parece que ha pasado por un tiempo difícil para lograr dominar incluso lo esencial de una arma de fisión, desde una primera prueba de aparentemente menos de un kilotón y alcanzar tan solo unos 10 kilotones en su tercera prueba nuclear, siete años más tarde.

Eso sugiere que a menos que Corea del Norte haya contado con la ayuda de expertos externos, es improbable que en realidad haya logrado fabricar una bomba de hidrógeno/fusión desde su última prueba nuclear, justo hace menos de tres años.

Con esto en mente, es bastante posible que la afirmación de Kim pueda ser falsa, lo cual no sería una sorpresa para aquellos familiarizados con el ruido de armas del régimen. Pero existe otra posibilidad.

Si Corea del Norte tiene realmente un arma nuclear estimulada de quizás 50 kilotones, esta podría provocar daños significativos en una ciudad tan densamente poblada como Seúl, en Corea del Sur: alrededor de 250.000 personas podrían morir en un ataque así, o aproximadamente el 2,5% de la población. Esto marcaría un verdadero avance en el nivel de daño que Corea del Norte es capaz de hacer.

Aun así, tan interesante como la pregunta de si Corea del Norte ha alcanzado una verdadera bomba de hidrógeno (improbable por ahora) o una bomba estimulada, es, en primer lugar, por qué Kim Jong-Un querría hacer tal afirmación pública. Obviamente, no lo sabemos a ciencia cierta. Es difícil obtener información precisa del que probablemente es el estado más aislado del mundo. Pero podemos hacer algunas conjeturas fundamentadas.


Kim Jong-Un ha continuado con sus purgas dentro del liderazgo más alto de Corea del Norte, una actividad potencialmente desestabilizadora. Justo este verano, supuestamente mandó matar a uno de sus viceprimeros ministros, uno de las docenas de oficiales que se sospecha que ha ejecutado desde que llegó al poder en diciembre de 2011. Mientras tanto, la vida en Corea del Norte es aún más miserable para la mayor parte de la población.

Comentarios

  1. En mi opinión, cualquier actividad bélica en la zona puede originar desastres naturales de una magnitud tan destructiva como una bomba de hidrógeno.
    La reciente tragedia en Japón, del 12 de marzo de 2011 arroja la siguiente evidencia: 6 minutos de temblor de magnitud 9,0 MW provocaron 15.845 muertes confirmadas, 3.380 personas desaparecidas y 5.893 heridos a lo largo de 18 prefecturas de Japón. Estos datos no son solamente el resultado de la velocidad olas de más de 30 metros, sino que además se reconocieron posteriormente 922 muertes indirectamente relacionadas con el terremoto, debido a las condiciones de vida tras el desastre. Barcos, automóviles, puertos, red de transporte, servicios telefónicos, cables submarinos. Más de 45.000 construcciones fueron destruidas y 144.300 fueron dañadas, entre ellas 300 hospitales. Se contabilizaron 25 millones de toneladas de escombros y desechos en Japón y un coste de billones de dólares. Y lo peor es que a consecuencia del daño en las plantas de energía, pueden pasar años antes de que Japón vuelva a tener los niveles anteriores al terremoto. Posteriormente la explosión en la central nuclear de Fukushima ha sido declarada como LA MÁS GRAVE TRAS EL ACCIDENTE DE CHERNOBIL (categoría de 4 en una escala de 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares). Se evacuaron a más de 45 000 personas se distribuyó yodo, para evitar el Cáncer de tiroides derivado de la peligrosa Radiación nuclear.

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