Pensamiento neoliberal con capital comunista.

Dentro de esta sociedad en la que la bestia domina al hombre que marca las pautas con pensamiento neoliberal. Tras el hundimiento de todos los sistemas socialistas y la creación del capitalismo totalitario en China, en la actualidad todo el mundo alaba los valores del individualismo. Se supone que el individuo aislado es el protagonista de la vida económica, en la que desarrolla sus iniciativas, así como de la vida política, social y afectiva, en la que cada cual tiene derecho a desarrollarse y expresarse según sus necesidades. Se olvida sin embargo que los verdaderos protagonistas de todos los campos de la vida humana no son los individuos, sino las instituciones. El mercado está regido por las instituciones económicas (empresas, instituciones públicas e instituciones financieras), que son las que marcan las reglas del juego. Un inversor aislado puede mover su dinero en la Bolsa, pero esta es una institución que se rige por unos mecanismos específicos, y que puede ser manipulada no por los individuos aislados, sino por los grandes inversores institucionales, compradores básicos de las acciones y de la deuda pública.

El pensamiento neoliberal es una exaltación de lo que C. B. Macpherson llamó en 1962 la teoría política del individualismo posesivo. De acuerdo con esta teoría, desarrollada en el siglo XVIII, los derechos básicos del individuo serían la vida, la libertad y la propiedad, pero de modo tal que la propiedad, a veces, tendría prioridad sobre las otras dos. La defensa de la propiedad se consagró en Europa en los códigos penales, en los que las penas por los delitos contra ella eran cuantitativamente desproporcionadas en relación con los demás delitos. En la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX, pequeños hurtos se castigaban con grandes penas, y el Imperio británico montó una colonia penal de la que nació Australia. Si los condenados hubiesen sido asesinos, violadores o psicópatas, sus descendientes probablemente hubieran generado una sociedad muy problemática. No fue así, y Australia llegó a ser un país muy civilizado porque sus padres fundadores solo habían cometido pequeños hurtos.

El olvido del papel de las instituciones es general en todos los campos. La vida política no la protagonizan los individuos aislados, sino los partidos, y todo el entramado de las instituciones públicas; la religión no es una relación personal de cada individuo con la divinidad, sino que está protagonizada por las diferentes iglesias.
Y lo mismo podríamos decir de las instituciones militares, judiciales? La antropóloga Mary Douglas dedicó todo un libro, titulado Cómo piensan las instituciones (1986), a reivindicar el papel esencial de las olvidadas instituciones. No solo existen y tienen unas reglas, sino que siempre están controladas por grupos de personas, ya sea para el bien de la mayoría o en perjuicio de la misma.

Existe una curiosa institución en España, la universidad pública, cuyo costo es superior a los 20.000 millones de euros anuales, en la que el individualismo posesivo está creciendo de una forma asombrosa. De acuerdo con él, profesores, investigadores y aspirantes a serlo se consideran protagonistas exclusivos de la vida institucional. Si se midiese las veces que muchos profesores utilizan el pronombre yo y los posesivos de primera persona, descubriríamos la importancia que le dan a su ego. Es normal oír cosas como: «La universidad está muy mal, pero a mí no me importa porque yo tengo lo mío»; «Yo tengo mis proyectos»; «Yo tengo un gran índice de citas»; «Porque mi currículo?». Estos protagonistas de la vida académica predican la guerra de todos contra todos y luchan por monopolizar los recursos de todo tipo que el Estado ofrece a sus instituciones. Podríamos decir que hay profesores que hasta padecen una especie de síndrome de Diógenes, porque si les dejasen se quedarían con todo: proyectos, plazas de investigador para sus grupos, plazas de profesor para sus asignaturas, aparatos, libros, y hasta edificios. El límite de su ambición solo lo frena la ambición de los demás. En contra de lo que pueda parecer, no existe un libre juego competitivo entre todos estos individualistas posesivos, porque, de la misma manera que el mercado lo controlan las instituciones, los juegos académicos de reparto de proyectos, medios y dotación de plazas forman parte de un entramado institucional que en el caso de la Universidad, como en el de todas las demás instituciones conocidas en la historia, está controlado por determinados grupos de personas, que son las que ejercen la autoridad y las que distribuyen los recursos. El problema no es que a las universidades las controlen grupos de personas, lo que es inevitable, sino que las controlen para el beneficio colectivo o para la creación de pequeñas oligarquías que van devorando a la institución, consolidándose como un grupo de poder que actúa como si fuesen propietarios de una empresa, que no existe porque es una institución pública, y de la que ellos no tiene el derecho de propiedad.

Todas las oligarquías están regidas por la ley de Michels, que afirma que para mantenerse en el poder necesitan ofrecer una cooptación limitada, es decir, que alguna gente pueda aspirar a integrarse en ellas. Pero solo unos pocos, porque de lo contrario dejarían de ser oligarquías. Sabemos que existen oligarquías financieras, económicas, militares, políticas y de todo tipo. El problema es que cuando grupos de funcionarios se convierten en una oligarquía dentro de una institución pública, esa institución va directamente camino del desastre entonando alabanzas al mercado, al emprendimiento y a la iniciativa que teóricamente permitiría a algunos hacerse ricos gracias al conocimiento y a sus conocidos.

José Carlos Bermejo Barrera, Catedrático de Historia Antigua de la USC.

Comentarios

  1. Juan Carlos Rodriguez Almansaviernes, 20 de marzo de 2015, 22:42:00 CET

    El capital es la sangre del organo social, no puede ser comunista, menos neoliberal, fascista o imperialista, eclectico del que acaparando un capitalista, su teologia el capitalismo ! La propiedad un derecho ? jajajajaaa . Tocayo en un mundo de ciegos, la realidad ocular es del tuerto ! O no ? Salud y Anarquia.

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  2. Amigo JUAN . La COLONIA PENAL INGLESA era AMÉRICA del NORTE ... Ahí mandaban a los LADRONES y Opositores , así como los que deseaban una Libertad Religiosa ... . Sólo después de la INDEPENDENCIA AMERICANA ( les cortaron el CHOLLO ...) se decidieron a mandar a los Presos a AUSTRALIA ( 1.788 ... ) , para entonces , la tolerancia era mínima y te mandaban a BOTANY BAY ( N.S.W. ) por robar una barra de pan , estar borracho , cortar un árbol o ( es el caso de mujeres ... ) acercarse a un HOMBRE ¡! . Viví allá por 14 años ... . Soy Australiano .

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  3. La propiedad amasada,cual hormiguitas.....es la mejor forma de expresar los DERECHOS HUMANOS,sin cuitas

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  4. Aun así yo pienso que la única bagatela que merece ser apoyada es la gente que defiende la vida... la gente que defiende su propiedad y la gente que defiende su libertad, el resto es solo legislar burocracia sobre circulación... desgraciadamente yo no veo que en España se defienda a quien defiende la vida como un derecho.. tampoco veo que nadie defienda ni apoye a quien defiende la propiedad privada aún sabiendo que defiende tu propiedad privada y con ella tu libertad.. bien. asi pues ya estamos preparados para una élite capitalista que domine sobre pueblos comunistas que viven y trabajan en semiesclavitud y con modo misero.

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  5. No estoy contra el mundo, pero mis pocos derechos se me los están comiendo. Me roban y un sistema pésimo de justicia no me ampara...A la por, prioridades sólo para exclusivos

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  6. El individualismo enervado a su máxima expresión, en un mundo cada vez más materialista, prioriza el interés propio sobre el colectivo en casi todas las sociedades del orbe.
    La propiedad- de cualquier tipo- se ha convertido en el instrumento de poder (absurdamente elevado a las alturas y solapadamente a la condición de “valor”) para domeñar a las masas, las cuales buscan escalar posiciones en la jerarquía del poder, accediendo, a como dé lugar, a dichas posesiones. Y el robo o engaño consensuados son el arma más eficaz para lograr dichos actos arribistas. Ya no existe la tan manida lucha de clases, ni siquiera en el aberrante capitalismo comunista de la China Continental, sino la batalla cruenta de las instituciones por mantenerse y aumentar su dominio sobre la propiedad del poder y de la riqueza perentoria.

    De allí que comulgo con René Ramírez, el que en la Introducción de su libro, La Virtud de los Comunes determina que “La civilización sufre una crisis sin precedente como consecuencia del apogeo del capitalismo. Usualmente se ha señalado que el mismo está en aprietos, pero su termómetro de salud, los niveles de concentración mundial del 1% de la población, demuestra todo lo contrario. Las empresas y bancos se derrumban como castillos pero son absorbidos por los peces gordos del sistema. Negocio perfecto: ¡comprar empresas cuando agonizan!
    A su vez, se puede señalar que el mundo está transitando del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo. Dicho capitalismo genera un neodependentismo de los países del sur – y yo diría de muchos del norte también –JMR- basado justamente en el conocimiento.

    Prosigue Ramírez y nos advierte que ‘La crisis de civilización es producto de un fracaso cognoscitivo mundial. En efecto, esto es lo que está engendrando el sistema capitalista en sus entrañas, poniendo en riesgo la vida misma en todas sus expresiones. Su salida implica tener la creatividad de atacar la raíz que lo produce: la crisis de ideas y a su forma de procesamiento…’ Y es evidente que las sociedades avanzadas sufren de esta lepra y arrastran al mundo a abismos desconocidos.

    Por ello, solo un sistema que emancipe la sociedad mediante un esquema que priorice” la construcción de la base material que garantice las condiciones de re-producción de
    la vida y edifique una democracia humana sostenible (DHS)” hará ´posible un cambio sólido en las actuales condiciones del mundo. Y eso solo se logra al tenor de ‘un cambio en la matriz cognitiva que transforme la matriz productiva capaz de generar las condiciones para la consolidación de la «sociedad del buen vivir»’, tan añorada por las grandes aglomeraciones humanas en tantos países.

    JMR

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