Última encuesta. El efecto Illa al traste. Igual no hay ni eleciones. Los resultados a las 72 horas. Igual que en EEUU.
No puedo ir a Barcelona a ver a mi única nieta de 3 años y si podría ir a votar. ¡Manda huevos¡
El «efecto Illa», pensado y
diseñado por la Moncloa con el fin de conseguir el poder en el Palau de la
Generalitat, plaza clave para el Gobierno, llega a la última semana de campaña
en plena efervescencia. El PSC consolida su tendencia al alza, recorta terreno
y logra rebasar al independentismo en la cabeza con un inédito triple empate a
31 escaños entre socialistas, ERC y JxCat –por este orden, en votos–, según el
sondeo de NC Report para LA RAZÓN elaborado entre el 3 y el 6 de febrero, y que
confirma la fuerte caída de la participación hasta el 58,2%, 20 puntos menos
que en 2017 en parte por la pandemia del coronavirus.
Un escenario insólito, que
nunca antes se había dado, y que llevaría a Cataluña de nuevo al borde del
bloqueo con una ajustada suma de mayorías que podría llevar a una hipotética
repetición electoral. Los independentistas, en plena pugna entre republicanos y
postconvergentes y separados por apenas 13.043 papeletas, necesitarían ponerse
de acuerdo ante la investidura y contar sí o sí con la CUP para rebasar en solo
un escaño la mayoría absoluta, fijada en 68. Y la opción del tripartito sería
aritméticamente posible (suma 70 diputados), pero se antoja muy remota teniendo
en cuenta el apretado resultado del independentismo y la presión sobre
Esquerra, en el centro de ambos escenarios.
Y es que Salvador Illa se
impondría el 14-F en votos con una importante subida la última semana de casi
dos puntos (701.063, casi 100.000 votos más que en 2017, un 21,5% del total, y
un salto de 14 escaños arriba) por delante de Pere Aragonès (661.934, un 20,3%)
y Laura Borràs (648.891, un 19,9%), ahora mismo en un pañuelo y con una clara
tendencia al retroceso de ERC, que llega sufriendo al último tramo.
La encuesta también deja
otras conclusiones: se confirma la debacle de Ciudadanos respecto a 2017 con 14
escaños –22 menos que hace tres años, cuando ganaron–, y el PP (7 diputados)
aprieta los dientes y aguanta el empuje de Vox (6), que irrumpiría en el
Parlament con grupo propio.
En escaños y respecto al
anterior sondeo de este diario, publicado hace justo una semana coincidiendo
con el arranque de la campaña electoral, se confirma el crecimiento de los
socialistas en esta recta final (+2 diputados), el paso atrás del
independentismo (JxCat y ERC pierden un escaño cada uno) y la mínima
recuperación del partido de Inés Arrimadas, que gana uno en detrimento del PP
de Alejandro Fernández, que pierde uno aunque casi dobla los cuatro de hace
tres años. En votos, los populares también rebasarían a los de Abascal (6,3%
por 5,8%). Los comunes, con 8, y la CUP, con 7, dibujan un Parlament con hasta
ocho formaciones y sin el PDeCAT, el partido heredero de Convergència.
Hecha la radiografía, falta
ahondar en el análisis de lo que podría ocurrir según este panorama
postelectoral. El triple empate a 31 escaños en la cabeza, sólo resuelto por la
diferencia de votos con el PSC imponiéndose por su importante implantación en
Barcelona, deja un escenario diabólico. Y es que el independentismo debería
decidir en plena guerra abierta: ERC ganaría de forma parcial por 13.000 votos
–lo mismo que ocurrió en 2017 pero a la inversa, con JxCat por delante– y
podría exigir la investidura del candidato Pere Aragonès a Puigdemont y Laura
Borràs.
Sin embargo, se daría la
circunstancia de que los republicanos han ido a la baja durante la campaña
electoral, mientras los postconvergentes han recortado terreno a marchas
forzadas, lo que haría difícil que la lista de Puigdemont diera su brazo a
torcer con la investidura de Aragonès pese a que hace tres años ocurrió lo
contrario. A parte, hay que tener en cuenta la pugna abierta esta semana a
cuenta de la investigación a Borràs en el Supremo, que ha recrudecido aún más
las críticas entre ambos partidos y la CUP.
La fórmula que ha defendido
Salvador Illa abiertamente –el PSC más los comunes, igual que en la Moncloa–
apenas llega a los 39 escaños. Y el bloque independentista seguiría teniendo
mayoría absoluta en la cámara con 69. De hecho, la alianza que más diputados
concentraría sería el tripartito con PSC, ERC y comunes (70), lo que llevaría
al partido de Junqueras a tener que investir president a un socialista como
Illa, un escenario que rechaza.
Otro de los factores a tener
en cuenta que refleja la encuesta de NC Report es el porcentaje de votos total
en las urnas: el independentismo, que se ha fijado como único reto común
rebasar el 50% de los votos, se quedaría en el 47,1% incluyendo los apoyos a
ERC, JxCat, la CUP y el PDeCAT, cuatro décimas por debajo del resultado de
2017.
Las incógnitas por la
pandemia y la constitución de las mesas, con una cifra creciente de insumisos
en los últimos días, pueden agitar aún más el tablero catalán.
Comentarios
Todos contra la Derecha. Todo el día en todas las televisiones veo por la mañana, por la tarde y por la noche hablando del Guter, Bárcenas, de Rajoy e incluso de Aznar y Casado. Pues callan y no veo que saquen sobre los miles de millones robados con los EREs en Andalucia por parte del Partido Socialista. Pues en una foto he visto a Carmen Calvo dándole la mano a Chaves cuando los EREs, que esos millones eran de los obreros, y muchos se gastaron en fulanas. No sé si usted también EREs de los EREs. Hay que publicar en las cadenas de televisión todo. Pero NO ES NO. Hay que callar lo que os perjudican. HAY QUE BARRER VOTOS COMO SEA EN CATALUÑA, TIENE QUE GANAR ILLA POR COJONES. Miserable política.