Solo Núñez Feijóo puede llevar al PP a la mayoría absoluta. La mediocre e inepta oposición, bien lo sabe.
A Mariano Rajoy, todo un
caballero dentro y fuera de la política, con marrullerías, con jueces
imparciales e incluso con terroristas hacinados que se hacen pasar por
populistas o independentistas, le “tocó” la hora de abandonar y abandonó su
liderazgo al frente del PP. Pero los números forman parte de la historia
política de España. Con los impedimentos, anteriormente mencionados, deja el PP
siendo el partido más votado (137) y con súper mayoría en el senado.
Como todo en la vida llega
la hora de la renovación y ahí debe estar la lógica y el sentido común que de
haber convocado elecciones anticipadas, el sabio compostelano, todo hubiesen
sido arrebatos y malos procederes. El PP llega a las municipales y autonómicas
sin el lastre de la corrupción –ya amortizado-. Pero hay que elegir liderazgo
total en el partido y pienso que, en estos momentos, solo Núñez Feijóo puede
desbancar a esa mediocre e inepta oposición.
Cualquier militante del PP
deduce que los papeles de Bárcenas, o la Gürtel, Púnica y Lezo, seguirían
siendo la espada de Damocles y así, así no se vuelve a movilizar el Partido
Popular. Seguro que sobre las bases del
partido seguirá volando el “fantasma de Aznar” y los pataleos práctica
totalidad de los medios de comunicación –se terminaron las subvenciones, hasta
ABC está de un rojo subido que entierra sus 115 años de historia-. Pero la
realidad dice que Aznar deberá abandonar este escudo y los medios ser más
objetivos si quieren publicidad que, en definitiva, son sus únicos medios
legales de financiación.
María Dolores de Cospedal,
secretaria general del PP, podría ganar el control del partido. Pero,
políticamente, está amortizada; por tanto volveríamos a lo mismo de mismo.
Soraya Sáenz, más de mismo con el hándicap de haber colocado a su marido, Iván Rosa Vallejo, en telefónica con un sueldo
estratosférico. Si, el mismo día colocó el PSOE, en la misma empresa y con el mismo
sueldo a la mujer de Eduardo Madina, Paloma Villa. Pero entraríamos en el
comparativo de la Gürtel y los EREs. Para los socialistas hasta lo malo es
bueno y para los populares hasta lo bueno es malo.
Sin luar a dudas, la lucha
interna que Soraya y Cospedal han abierto, las ha
Cospedal sufrió en carne
propia las hostilidades de Luis Bárcenas cuando, tras asumir la secretaría
general en el Congreso de Valencia, quiso cortarle las alas ante la sospecha de
que su buena sintonía con Francisco Correa escondía algo más que una mera
relación profesional. El ex tesorero contaba entonces con fuertes apoyos en la
organización: Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos, etc. Desde el primer día
chocaron. Hubo desplantes, malos modos y guerra sucia. Pero cuando Bárcenas fue
imputado por primera vez (julio de 2009), Cospedal vio la oportunidad para
proponer su destitución de un puesto tan comprometido como la llevanza de las
cuentas del partido. Oficialmente, el tesorero dejó su cargo en abril de 2010.
Ni Cospedal ni Soraya
representan una ruptura clara con el pasado. Además, su evidente lucha por el
poder las ha aniquilado.
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