Freud: El descubrimiento de la sexualidad en la etiología de la Neurosis. (Se puede hacer el amor como montar en bicicleta) Leer....

  Las fantasías y las pulsiones sexuales han sido siempre reconocidas como algo “normal”; lo que diferencia a un perverso de una persona normal es que este último satisface parcialmente esos impulsos en su vida sexual y en sus sueños, mientras que el perverso hace de su conducta sexual algo “normal”, es decir: la “neurosis es el negativo de la perversión”57. Al neurótico la sola idea de entregarse a sus fantasías sexuales le produce asco porque le provoca una gran resistencia el admitirla. Freud se pregunta por la causa de esta resistencia y por ello busca en la infancia el origen de esa actitud patológica. Puesto que la causa de la neurosis es de índole sexual, Freud acabará admitiendo la realidad sexual de la infancia humana. La paciente de Breuer - Anna O - en el curso de su tratamiento se enamoró de Breuer hasta el extremo de que llegó a simular una situación de parto, lo que provocó la ruptura de Breuer con su cliente y, por extensión, con el tratamiento de la histeria por medio de la hipnosis. Breuer consideró este incidente como un una “infortunada casualidad” 58, pero para Freud se trataba de un caso de “amor por transferencia”: “El hecho de la transferencia cariñosa u hostil, de franco carácter sexual, emergente en todo tratamiento neurótico, a pesar de no haber sido deseada ni provocada por ninguna de las dos partes, me ha parecido siempre la prueba más incontestable de que las fuerzas impulsoras de la neurosis tienen su origen en la vida sexual”59 A esta conclusión llegó mucho después de publicar Estudios sobre la histeria: “La teoría que habíamos intentado edificar en los “Estudios” era muy incompleta. Sobre todo, apenas habíamos rozado el problema de la etiología, o sea, el de la base del proceso patógeno. Posteriormente hube de comprobar con mayor evidencia cada vez que detrás de las manifestaciones de la neurosis no actuaban excitaciones afectivas de naturaleza indistinta, sino precisamente de naturaleza sexual, siendo siempre conflictos sexuales actuales o repercusiones de sucesos pasados”60 ¿Cómo llegó Freud a esta conclusión? Cuando Freud comenzó a tratar enfermas histéricas se encontró con un hecho que constituirá el punto de partida de su descubrimiento: las enfermas indicaban como hecho traumático primario el intento de seducción sexual por parte de algún pariente cercano durante su etapa anterior61. Al principio, Freud pensó que se trataba de un hecho real y, precisamente por su realidad y gravedad, podía explicar el estado neurótico de sus pacientes. Sin embargo, la coincidencia de todas las enfermas sobre un trauma sexual era excesiva y a Freud le costaba creer en la inmoralidad general de los progenitores en la Viena victoriana62. Por esta época Freud se escribía con Fliess, a quien le cuenta estos casos; también le hace partícipe de los resultados de su propio autoanálisis: en el análisis de 38 Freud sus propios sueños constata que ha soñado con su madre desnuda y que en el sueño había sentido una especial atracción por ella (Complejo de Edipo): “Mi autoanálisis es, en efecto, lo más importante que tengo entre manos y promete ser de valor inmenso para mí cuando lo haya concluido... Descubrí en mí el amor por la madre y los celos del padre y ahora los considero como un fenómeno general de la infancia temprana... si en verdad es así, resulta comprensible el poder cautivador del rey Edipo (...) El mito griego retoma una compulsión que todos respetamos porque percibimos su existencia en nosotros mismos. Cada espectador fue alguna vez, en germen y en su imaginación, un Edipo semejante y ante la realización onírica que materializa en la realidad, todos retrocedemos espantados, dominados por el impacto de la represión que separa nuestra situación actual de nuestra situación infantil”63 Resultaría así que en la infancia se dan las condiciones del surgimiento de las neurosis. Las preguntas se le amontonan: 1. ¿Es posible que la neurosis comience en la infancia?; esto quiere decir que también en la infancia hay impulsos sexuales. 2. Ahora bien, ¿cómo es posible que el instinto sexual se convierta en objeto de represión antes de despertarse (durante la infancia), si – como se suponía - comienza en la adolescencia? A partir de su autoanálisis y de la exigencia de dar respuesta a estas cuestiones, Freud concluye que la seducción es a la inversa: el ser humano ha experimentado en la infancia una situación (complejo de Edipo); el sujeto experimenta culpabilidad y vergüenza y por ello el recuerdo se hace intolerable. Las pacientes no habrían reprimido una experiencia real, sino una fantasía: las histéricas, en vez de relatar un hecho real, relataban un deseo: querían que el padre les hiciese aquello que ellas pensaban como real; las histéricas alucinan, imaginan como si lo hubieran hecho, confundiendo el deseo con la realidad. Las enfermas histéricas mostraban una evidente tendencia sexual hacia la figura paterna: “Me vi forzado a reconocer que tales escenas de corrupción no habían sucedido realmente nunca, siendo tan sólo fantasías imaginadas por mis pacientes”64 Freud considerará posteriormente que tal situación edípica será común a todos los seres humanos; en 1905 publicará la primera obra clave sobre este tema : Tres ensayos sobre la vida sexual. El caso clínico del pequeño Hans ilustrará, como se ha visto, sobre la existencia de la sexualidad infantil. Las consecuencias que de estas observaciones se derivan son sobrecogedoras: si la neurosis tiene una causa sexual y la sexualidad comienza en la infancia, resulta que el niño es un perverso sexual en potencia; además, las sexualidad abarca un ámbito más amplio y ya no puede confundirse con la genitalidad... El descubrimiento de la sexualidad fue una tarea penosa, ardua y que levantó el rechazo general: Freud 39 “Son muy pocos los descubrimientos del psicoanálisis que han tropezado con una repulsa tan general y provocado tanta indignación como la afirmación de que la función sexual se inicia con la vida misma y se manifiesta ya en la infancia por importantísimos fenómenos”65 A esta conclusión llegó por una senda tortuosa y libre de prejuicios. Sólo posteriormente enlazó sus descubrimientos con intuiciones de algunos de sus contemporáneos más allegados (Breuer, Charcot, Chrobak66) remontándose incluso hasta Platón. El rechazo que su teoría ocasionó comenzó precisamente con sus antiguos compañeros, pero ello mostraba, según Freud, la profunda verdad de su teoría: ellos manifiestan una resistencia a admitir una verdad reprimida por dolorosa

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