Israel pretende de una vez por todas terminar con Hamas y para llevar a cabo dicha misión, todo pasa por terminar, difuminar todos los túneles y puntos de estrategia de Hamas en la Franja. No es tarea fácil, pero todo apunta a que lo conseguirá. No olvidemos que Israel es el escudo de Occidente frente al terrorismo islamista. En la noche del jueves Israel abrió la valla metálica de Gaza y entró. Se ve bien en este vídeo del ejército israelí.
La operación Margen Protector entra por tanto en una nueva fase: la versión oficial es una incursión terrestre para acabar con los túneles. No será por tanto una invasión ni ir calle a calle buscando líderes y arsenales de Hamás. De momento, aunque el primer ministro, Benjamin Netanyahu, se ha encargado de
advertir que el ejército está preparado para todo. Es por ahora un
tanteo terrestre. La prueba de que es más peligroso es que el primer día
ya ha muerto un soldado israelí (en los diez días de cohetes solo había
muerto otro). Las víctimas palestinas han crecido hasta más de 260 y
van a morir más civiles.
En este vídeo del ejército del primer día en Gaza se ve a las tropas en zonas rurales con alguna casa.
Los túneles salen desde dentro de edificios y allí hay que buscarlos. El ejército consigue además inteligencia.
1. ¿Por qué los túneles son tan importantes?
Porque son la gran amenaza para Israel. Los cohetes no han logrado
cesiones del gobierno de Israel: no admiten por ejemplo volver a liberar
a detenidos en la operación para encontrar a los tres jóvenes
secuestrado en junio en Cisjordania. Pero a cambio del soldado Gilad
Shalit, Israel liberó en 2011 a más de mil palestinos.
Hamás sabe por tanto que merece la pena arriesgar para capturar a un
israelí vivo, civil o soldado. Su valor negociador es el de miles y
miles de cohetes. Ese secuestro en Gaza solo puede hacerse por túneles.
En Cisjordania es más fácil, pero Israel controla ya el territorio y no
pararían hasta encontrarlo. En Gaza, deberían invadir, lo que sería un
peligro aún mayor.
Hay que distinguir entre túneles de contrabando y de asalto o terror.
Los túneles de bienes van hacia Egipto. El nuevo gobierno de Sisi se ha
dedicado a destruirlos para que Hamás -rama palestina de su gran
enemigo, los Hermanos Musulmanes- no pueda vivir tranquilo. Hay cientos
de esos túneles.
Los túneles para secuestrar que quiere destruir Israel no serían más de 20,
según el analista israelí Daniel Nisman. El ejército debe destruirlos
en el origen para evitar que sea fácil volverlos a hacer: construirlos
lleva años, según Nisman.
Los túneles son tan importantes para los palestinos -también para Hezbolá en el Líbano- que Israel ha creado una unidad militar para combatirlos.
Tampoco pueden destruirse desde el aire ni tienen de momento una
alternativa tecnológica: “Los cohetes son una amenaza del siglo XX para
la que tenemos una solución del siglo XXI. Pero los túneles son una
amenaza medieval sin solución”, ha dicho el ex embajador de Israel en
Estados Unidos, Michael Oren. Esto no significa que la operación aérea
se abandone.
2. La invasión es un as más para negociar
En una negociación gana quien tiene más cartas de las que
desprenderse sin perder nada esencial. La retirada de tropas de Gaza es
una de esas cartas para Israel. Puede esperar dentro a que Hamás se
decida en El Cairo a aceptar alguna de las propuestas que circulan.
Hamás no creía que esto fuese a ocurrir. Netanyahu nunca había
ordenado una operación terrestre, y es el segundo primer ministro con
más años en el cargo después del fundador Ben Gurion.
Ahora Hamás ya no tiene más alternativas que luchar para conseguir
que Israel ceda. A pesar de que ahora tienen más al alcance a soldados
israelíes -también para secuestrarles-, su situación es desesperada. Sin
alguna victoria simbólica, es difícil que saquen todo lo que piden en
unas negociaciones.
La comunidad internacional ha apretado tanto a Hamás que ahora
solo les queda combatir. Antes era una guerra evitable. Ahora solo
pueden ganar o perder.

4. El silencio árabe es sepulcral
Otro gran problema para Hamás es que su apoyo en el mundo árabe ha
desaparecido. Es lógico que su portavoz lo lamente. La guerra de Siria y
la caída de Morsi les han aislado. Más allá de Catar y Turquía, nadie
les presta mucha atención. Este aislamiento árabe no ayudará a Hamas en
las próximas elecciones. Incluso la presión internacional contra Israel
es menor.
China, por cierto, ha enviado un diplomático a las negociaciones. Es un modo de crecer como potencia.
5. Algunos siempre quieren más
En Israel muchos a la derecha de Netanyahu ya tienen lo que querían:
entrar en Gaza. Pero ahora piden más: nada de quedarse cerca de la
frontera. Es el cuento de nunca acabar. Por ahora, los beneficios que
conllevaría esa operación no merecen los riesgos. La operación podría
alargarse dos semanas, según Israel.
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