
Hay noticias que
aunque para otros sean conmovedoras, para
mi, no son de las que el hombre muerde al perro, no el perro al hombre, dicho
de otra forma, ni fu ni fa, indiferentes. Pero hace unos días haciendo
zipi/zape por Internet, me entero de que la Agencia Espacial Norteamericana
(NASA) va a enviar a la Luna semillas de tres plantas para estudiar su
germinación; entre ellas la de un sencillo nabo, una seta y otra por determinar
entre 20 que conforman el casting. Eso si todas de la Marca España y, en concreto,
de Almería que naval si lo es; ahora, nabal un tanto del montón.
Según la NASA,
otros experimentos anteriores han mostrado que las plantas pueden crecer
en ambientes de microgravedad, incluida la de la Luna. La cuestión, ahora, es
que la supervivencia en esas condiciones permitirá demostrar que las plantas
pueden brotar en el ambiente de radiación de nuestro satélite, la posibilidad
de su reproducción sexual o, a más largo plazo, los posibles efectos de la
radiación sobre los rasgos genéticos de las plantas. En verdad, no creo que sea
rentable ir a por nabos a la luna, si es que llegan a germinar. ¿Tanta demanda
hay de nabos?
Creo que en el
proceso de selección han tenido muy en cuenta que el nabo necesita mucha agua
para desarrollar los grelos y las nabizas, La Seta humedad y oscuridad que
ellos, mejor que yo, sabrán si la hay.
Como si viera el
futuro, Cospedal plantando Nabos en la luna y a Rajoy recogiendo los
mismos, Marca España. En esto, la política, no debe de intervenir, porque de
ninguna de las formas veo a Rosa Díez plantando y a Rubalcaba de recolector.
Sería, políticamente, incorrecto.
A los
sesudos de la Nasa, igual les pasa como a los españoles que los brotes
verdes se nos marchitan y la oscuridad en el túnel ya dará setas paraa
propios y extraños.
Si sois buenos, este año, no. Pero para 2016, ya no os pondrán carbón.
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