Parlamento europeo |
Bruselas
o la voz de Alemania en la UE dice, recomienda y no hace nada puesto que no hay
ninguna terapia que remedie el mal de la corrupción. Pero el “dice” del Consejo de la Unión Europea es que para
que la economía española recupere el camino hacia la ortodoxia (en términos
europeos), me gustaría destacar algunos comentarios de tipo genérico que vienen
acompañados de pocos números y pueden parecer acertados a más de uno,
seleccionando algunas frases del documento original.
En cuanto al mercado
de trabajo, los expertos consideran que su situación “sigue siendo crítica… en
un contexto de rigideces del mercado y desajuste de la capacitación
profesional. Es objeto de especial preocupación el acentuado aumento del índice
de desempleo juvenil al 56% y el incremento del desempleo de larga duración al
44,4% del desempleo total al final de 2012” A la vista del Programa Nacional de
Reforma “las reformas en el marco de las políticas activas para el mercado de
trabajo se han retrasado; siguen siendo necesarias medidas de modernización y
refuerzo del servicio de empleo público… y la apertura de agencias de
colocación privadas todavía debe ponerse plenamente en práctica, al igual que
la cooperación entre los servicios de empleo público nacionales y regionales
(portal único de empleo). Una gran proporción de desempleados sin formación
cualificada… y un desajuste entre la educación y la formación respecto al
mercado de trabajo contribuyen al elevado desempleo juvenil”. Un país si
jóvenes bien preparados, no puede progresar..
Como en casi
todo, “España se halla por debajo de la media de la UE en lo que se refiere a
los principales indicadores de medición de la pobreza y la marginación social;
los niños están especialmente expuestos a estas situaciones… En general, no se
han experimentado grandes mejoras el desarrollar las nuevas medidas”. Para
corregir la situación y a la vista del Plan Nacional de Reforma, España tiene
que “mejorar la coordinación institucional a nivel nacional, regional y local,
simplificar los procedimientos para los solicitantes de asistencia social y
eliminar los obstáculos a la movilidad”.
Referente a la estructura económica, “las deficiencias
del entorno empresarial, tales como la segmentación del mercado interno o las
barreras de entrada en el sector de los servicios, frenan la creación de empleo
y la reforma en este ámbito está tomando más tiempo del previsto en el plan de
reforma de septiembre de 2012” Las medidas que debería tomar el Gobierno
deberían “facilitar las condiciones de entrada en el mercado y salida del
mismo… reduciendo el tiempo necesario para conseguir las licencias
empresariales”. En cuanto se refiere a la distribución, “pese a las recientes
reformas, los obstáculos a la entrada para las galerías comerciales de gran
superficie continúan limitando la competencia en el sector minorista”.
Hay una
importante reflexión acerca del déficit de la tarifa eléctrica, por su abultado
volumen y por su impacto sobre el resto de la economía; pero este tema lo
dejaremos para otro momento, o para especialistas del sector eléctrico.
Creo que una
lectura imparcial de las palabras seleccionadas del informe del Consejo de la
Unión Europea pone de manifiesto algunas de las carencias estructurales más
serias de nuestra economía, que en mi opinión se resumirían en la fragmentación:
mientras que la economía mundial y sobre todo la europea avanzan en la
dirección de crear mercados más grandes, y bloques económicos coordinados, como
sin duda es la propia Unión, o Mercosur, o NAFTA, España avanza imparablemente
en la dirección contraria.
Como vivimos diariamente
es esas circunstancias, no nos damos cuenta de que el engranaje administrativo
del Estado se ha dividido en multitud de niveles normativos que retrasan y
encarecen las decisiones económicas (ayuntamientos, comarcas, diputaciones,
comunidades autónomas y administración central); que la política educativa se
ha dividido en múltiples niveles, con planes y carreras educativas que
dificultan la movilidad de los estudiantes entre universidades españolas y, por
supuesto, hacia el extranjero; que las normas aplicables para la actividad
económica en distintas comunidades autónomas se esfuerzan en
diferenciarse del resto, mucho más cuando entran en juego idiomas propios (pero
no sólo en ese caso) perjudicando el tránsito de mercancías por España y la
expansión de las empresas fuera de su zona de actuación; que participar en
concursos públicos en algunas comunidades resulta una utopía para empresas de
fuera; que ciertas comunidades han congelado la concesión de licencias de
apertura para las galerías comerciales (posiblemente por razones electorales y
para diferenciarse de otras regiones) frenando de ese modo la actividad
comercial y la creación de empleo; que el engranaje administrativo dificulta
incluso la concesión de ayudas públicas y prestaciones sociales; etc.
La situación no
puede ser peor, porque el entramado económico y político que estamos
desarrollando dificulta la actividad económica, encarece los procesos, desamina
a los emprendedores, etc. y sus consecuencias negativas se notan mucho más
cuando el entorno general es adverso, como ahora. Para los observadores
externos resulta evidente que el sistema es manifiestamente mejorable; otra
cosa es que lo consigamos, y más dudoso aún que lo hagamos a tiempo. Predicar en el desierto, seguro.
Estimado Sr. Pardo:
ResponderEliminarUna de las llamadas de atención en la que más ha hecho incapié el Consejo de la U.E. ha sido en materia de restricciones profesionales. Han sido numerosas las sesiones del Consejo U.E. en que se ha repetido hasta la saciedad este principio elemental. Incluso, la Reforma Laboral de Rajoy, se remitía a uno de esos Consejos en el cual se volvía a incidir en ese aspecto como básico instrumento de igualdad y de creación de empleo. Convendría no olvidarlo porque el desempleo es cada vez mayor y sin empleo, no hay salida de la crisis. Ni de la económica, ni de la moral, ni de ninguna.
cruzverde.