La mediocridad de nuestros agentes políticos han conseguido traer Las Vegas a España, evidentemente les acompaña ala prostitución, el vicio y el narcotráfico. Pero, puestos a imitar por algo genuino de los EEUU (americano), ¿por qué no copiar la Universidad de Harvard?
La Universidad de Yale acaba de inaugurar un campus en Singapur, la Universidad de Berkeley en Shanghái. ¿Y si nosotros hubiésemos ofrecido a estas instituciones todas las facilidades que se le han dado a Adelson?
No me importa que no sea Harvard, ni un gran centro de investigación. Pero, ¿no podemos apostar por un proyecto que nos haga soñar en este dichoso país? ¿Queremos ser recodados como aquellos que para salir de una crisis inmobiliaria comenzaron a construir mega-casinos y parques de atracciones?
En 1961, Kennedy propuso poner un hombre en la Luna antes del final de la década. Durante los años siguientes, el presupuesto de la NASA se multiplicó hasta representar el 4% del presupuesto federal de los EEUU (hoy no llega al 0,5%). Kennedy no tenía ni idea de aerodinámica, ni de los complejos problemas técnicos que habría que resolver. Ofreció algo más importante: un sueño colectivo y la voluntad política para alcanzarlo.
Hoy, aquel sueño hecho realidad, no sólo es el orgullo de los norteamericanos. Instituciones como Harvard o la NASA son admiradas hasta por el más acérrimo anti-yankee. Y si queréis también podemos hablar de beneficios económicos: cada dólar invertido en la NASA generó 7 dólares en la economía estadounidense
¿Lo único que soñamos nosotros es que vengan a montarnos Las Vegas?
La crisis económica está generando un tremendo sufrimiento humano. Pero, a la vez, nuestro país está viviendo un momento colectivo fascinante. Hace unos años, cuando todo parecía ir bien, a casi nadie le importaba la política. Hoy, hasta mi abuela discute sobre las prioridades en los presupuestos del gobierno.
¿Por qué no aprovechamos esta crisis para construir algo de lo que nos podamos sentir orgullosos? ¿Nos vamos a resignar a seguir siendo los primos chabacanos y mediocres de Europa?
MIRA CUALQUIER PARTE DEL MUNDO ES BELLA PARA VIVIR MIENTRAS NOS DEJEN VIVIR EN PAZ Y CON DIGNIDA
ResponderEliminarGenial Juan. Eres único
ResponderEliminarGenial Juan. Eres único
ResponderEliminarCierto, nosotros hacemos España y ellos la deshacen, parece la labor de Penelope.
ResponderEliminarSpanish Politicians bet on Gambling rather than Higher Education (Translation by Lenox)
ResponderEliminarThe mediocrity of our political actors have managed to bring Las Vegas to Spain, accompanied, of course, by the sundry charms of prostitution, vice and narcotics. But if we are so keen on imitating the genius of the American mind, why not make a copy of Harvard University?
Yale University recently opened a campus in Singapore, the University of Berkeley another in Shanghai. What if we had offered to these institutions all facilities that we have so generously given to Sheldon Adelson and his Sands Casino?
I don’t mind if it is not Harvard nor a large research center that we shoot for. But can we not opt for a dream that would make us happy in this country? Do we want to be remembered as those folk who came out of a housing crisis only to start building mega-casinos and amusement parks?
In 1961, Kennedy proposed putting a man on the moon before the end of the decade. During the following years, NASA's budget was multiplied to account for 4% of the U.S. federal budget (today it stands at less than 0.5%). Kennedy hadn’t a clue about aerodynamics, or the complex technical problems to be solved. He offered something more important: a collective dream and the political will to achieve it.
Today, that dream, nw reality, is not just the pride of the Americans. Institutions like Harvard or NASA are admired even by the staunchest anti-yankee. And if you prefer, we can also talk about economic benefits, since every dollar invested in NASA generated $7 in the U.S. economy.
But all we can dream about is somebody comes along to build another Las Vegas?
The economic crisis is causing tremendous human suffering. But, at the same time, our country is experiencing a fascinating turn-around. A few years ago, when everything seemed to go well, almost nobody cared about Government policy. Today, even my grandmother grabs a neighbour’s ear to discuss Government budgets and policies.
Why not take advantage of this crisis to build something we can be proud of? Are we going to resign ourselves to remain as the poor and vulgar cousins of Europe?