Para comenzar a escribir de Historia, en este caso política es ineludible partir de una fecha o época bien determinada. Pero yo como soy atípico voy a empezar por el final. Partido Popular y otros bichos vivientes. ¿Cómo se ha llegado al formar este corrupto partido? Como consecuencia de que en su día, Suárez hecho a todos los fascistas de UCD y se vio obligado a dimitir, todos estos bribones formaron junto al desahuciado Fraga (más bajo que el PCE) un vericueto de partidos que llamaron Ap se unieron en CD aquello fue un desastre total. España no quería fascistas, ni topeados de bandera, …ni el mástil El socialismo sin ser mejores, solo que que no dejaban que la Policía y Guardia Civil baldaran a palos a los españoles e incluso bastantes asesinatos con el excusa de las balas de goma. Total, ganaron los socialistas de Felipe González y Alfonso Guerra, estos nos salvaban de los palos de las fuerzas del orden, pero nos mataban de hambre por corrupción integral. España llegó a alcanzar el 32% y aun existía el Servivio Miliar obligatorio, o sea más de la mitad e la población española estaba parada,, en cuanto a escándalos y corrupción aun le ganaban al PP actual. escándalos y corrupción. Como muestra un botón, la directora general de RENFE le vendió la estación y 25.000 metros alrededor, a la familia de la Directora del General del BOE –su pareja de hecho por 1.000 pesetas y está le compraba papel para el BOE que ni salía de fábrica por cantidades multimillonarias. ……al final dimitió Felipe González, se concocaron elecciones generales, Fraga cedió todos los poderes a Aznar y Alianza Popular, pasó a llamarse PP con la gaviota tuerta. Aznar solo ganó en 8 provincias, Asturias, Cantabria, Álava, Huesca, Zaragoza, Teruel, Albacete, Toledo y en la ciudad autónoma de Melilla. Las elecciones del 96 fueron las más reñida del período democrático de España. El Partido Popular se convirtió en el partido vencedor con el menor número de escaños hasta la fecha, 156, y con una diferencia de sólo un 1,16% de votos y 15 escaños sobre el PSOE, que se despedía del poder después de 14 años seguidos de gobierno. El triunfo por la mínima de los populares requirió dos meses de negociaciones hasta que en mayo, Aznar logra ser investido presidente con el apoyo de los nacionalistas de CIU (16, Pacto del Majestic), PNV (5), Coalición . Canaria (4) y la abstención de HB, o sea, a merced de España estaba a merced e 6 partidos. Vendió todas las empresas estatales que eran rentables y le dio el dinero a sus socios de Gobierno. (Telefónica, Repsol, Ensidesa, Transmediterránea, Altensa, Reesa, Ener, Comylsa, etc y como España era recién llegada a la UE, por tanto 6 años de receptor económico entraba dinero a espuertas que no, precisamente, gastaba en infraestructura.como sea repartió bastante dinero entre la clase social hasta que se quedo pelado y lanzó a la palestra a Rajoy, único candidato que manejaba y maneja. Osea, el PP es un partido sin ideología, sin historia y sin vergüenza.
Muchos
recordaréis que el dilema era el error de la derecha y la izquierda ¿Verdad? ¿De
dónde surgen los conceptos izquierda y derecha? El término “izquierda
política”, como el de “derecha”, tiene su origen en la votación que tuvo lugar
el 11 de septiembre de 1789 en la Asamblea Nacional Constituyente surgida de la
Revolución Francesa, en la que se discutía la propuesta de un artículo de la
nueva Constitución en la que se establecía el veto absoluto del rey a las leyes
aprobadas por la futura Asamblea Legislativa. Los diputados que estaban a favor
de la propuesta, que suponía el mantenimiento de hecho del poder absoluto del
monarca, se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea. Los que estaban
en contra, y defendían que el rey sólo tuviera derecho a un veto suspensivo y
limitado en el tiempo, poniendo por tanto la soberanía nacional por encima de
la autoridad real, se situaron a la izquierda del presidente. Así el término
“izquierda” quedó asociado a las opciones políticas que propugnaban el cambio
político y social, mientras que el término “derecha” quedó ligado a las que se
oponían a dichos cambios. Desde entonces estos términos se han vulgarizado y,
aunque a veces la izquierda es más conservadora que la derecha y la derecha más
revolucionaria que la izquierda, siguen pesando estos términos, a medida que la
Historia va recorriendo su camino.
Lo
que estamos buscando es la Historia de la que procede el actual Partido Popular
y sus precedentes, en lo que llamaremos “centro derecha”. El PP es, en
realidad, un partido palote, al igual que ocurre en los EE.UU., donde las
diferencias entre demócratas y republicanos se centran sobre todo en las formas
de gestión, aunque haya un trasunto ideológico que también cuenta. El PP y el
PSOE se han diferenciado muy poco en lo esencial, que es la economía. Sus
diferencias se observan más en las formas de gestión, sobre todo del trabajo,
así como en otros asuntos menores que pertenecen más a actitudes ante la vida que
a cuestiones políticas en sí mismas.
El
concepto de izquierda y derecha, después de dos siglos, han caído en una franca
confusión de sus referentes, tanto por parte de la izquierda tradicional, que
pretende moderar su discurso para ser aceptable por los sectores medios y altos
del electorado, como por la derecha histórica, que ha lavado sus textos en una
suerte de populismo para lograr adeptos entre el proletariado. La
contemporaneidad puede observar de qué manera se están traslapando los
discursos y hoy en día se hace muy difícil poder discernir quién está a la
diestra de quién, a la par que la clásica izquierda se ha mimetizado con los
discursos de la derecha obtusa.
Los
partidos precedentes en el siglo XIX estaban situados en lo que se llamó
liberalismo, pues la derecha conservadora de entonces pretendía volver al
Antiguo Régimen, donde el número de interesados que procuraban ocupar el poder
político o, al menos orientarlo, estaba limitado a los círculos palaciegos,
nobles y eclesiásticos. Desde 1812 no dejan de aumentar las personas que
pretenden designar a los gobernantes y determinar lo que es el bien común. El
proceso de crecimiento culmina en el primer cuarto del siglo XX, con el
permanente acceso de las masas a la política y la aparición del marxismo. Karl
Marx (1847) pregona la dictadura del proletariado y de la acracia (Proudhon y
Bakunin), que tanto influirían en la aparición de las izquierdas españolas
desde fines del siglo XIX.
Para
estimular adhesiones y votos, los partidos afirman valores propios, a la vez
que se los niegan a sus adversarios e incluso pregonan la revolución y la
desaparición física de sus contrarios. En el último tercio del siglo XX era
difícil encontrar un ciudadano occidental que no contemplara su política
nacional como un enfrentamiento de valores y contravalores, o sea, en términos
morales de “buenos” y “malos”. Ese talante tan generalizado, y no carente de
fundamento, afecta también a los politólogos, que tienden a explicar la
dicotomía “derecha” e “izquierda” con tácitos o expresos juicios de valor, por
ejemplo: “el comunismo es terror” o “el capitalismo es explotación”. Asimismo, tanto para los
definidos como “de derechas”, como para los “de centro”, las izquierdas son
materialistas, mientras que ellos son idealistas. Lo mismo ocurre a la inversa.
Y ambos tienen razón. La izquierda es materialista por definición, aunque no
por ello sus planteamientos dejen de estar llenos de utopías. De la misma
manera, la derecha puede ser definida como idealista a partir de su asociación
con poderes sobrenaturales, aunque a nadie en su sano juicio le costaría
reconocer que el pragmatismo con que se rodea no es una forma de expresión
materialista para la generación de bienes financieros y económicos.
El
mundo de las ideas, por el desarrollo de la filosofía, es el mayor proveedor de
ideologías para los partidos. Existen tres filósofos claves: Hobbes, Locke y
Rousseau. En su tratado más famoso, Leviatán (1651), Hobbes señaló formalmente
el paso de la doctrina del derecho natural a la teoría del derecho como
contrato social. Según este filósofo inglés, en la condición de estado de
naturaleza todos los hombres son libres y, sin embargo, viven en el perpetuo
peligro de que acontezca una guerra de todos contra todos. Desde el momento en
que la sumisión por contrato de un pueblo al dominio de un soberano abre una
posibilidad de paz, no la verdad sino el principio de autoridad (en tanto que
sea garante de la paz), constituye el fundamento del derecho. Su frase más
famosa, “el hombre es un lobo para el hombre”, defiende que es la sociedad la
que debe igualarlos, pues, de naturaleza, son malos. Frente a Hobbes, John
Locke subrayó los derechos naturales del individuo frente a la autoridad del
Estado. Su apelación a la libertad, a la igualdad y a la defensa de la
propiedad privada, así como la doctrina de la separación de poderes del Estado,
que Charles Louis de Montesquieu expuso en El espíritu de las leyes (1748),
ejercitaron un influjo determinante sobre los acontecimientos políticos, que
desembocaron en la Declaración de Independencia estadounidense (1776) y en la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789).
Estos
planteamientos son los que llevan en Inglaterra hasta Adam Smith, que en 1776
publica La riqueza de las naciones, sosteniendo que la riqueza procede del
trabajo. El libro fue un estudio acerca del proceso de creación y acumulación
de la riqueza, tema ya bordado por los mercantilistas y fisiócratas, pero sin
el carácter científico de la obra de Smith. Este trabajo le proporcionó el
título de “fundador de la economía”, al ser el primer estudio completo y
sistemático del tema. Smich, fundador de la economía y padre del liberalismo.
La izquierda aparece, poco después con Hegel (1770 1831), que es el representante más
genuino del idealismo alemán. Con un portentoso dominio del saber, y con una
profundidad inigualable, emprende la empresa de mostrar el ser en su totalidad.
La filosofía de Hegel es, pues, un idealismo absoluto. Después de él, se
producirá un brusco viraje del idealismo al materialismo. La izquierda
hegeliana transformará la grandeza del espíritu en la realidad concreta de la
materia. Después de que Kant (1724 1804) expusiera su programa filosófico, toda
la filosofía posterior tenía que partir de él. Kant era el punto de referencia
inevitable, pero, a la vez, había que superar algunas de sus ideas en algunos
puntos. Será Hegel el que logre avanzar más allá del sistema de pensamiento
kantiano junto con Karl Marx (1818 83), el filósofo y periodista revolucionario
alemán creador del marxismo como conjunto de doctrinas políticas y filosóficas,
quien contribuyó en campos como la sociología, la economía y la historia, y su
amigo Friedrich Engels, quien le ayudó en muchas de sus teorías. Engels acuñó
el término “socialismo científico” para diferenciar el marxismo de las
corrientes socialistas anteriores, englobadas por él bajo el término
“socialismo utópico”, aunque hoy se usa también el término “primer socialismo”.
También se emplea el término “socialismo marxista” para referirse a las ideas y
propuestas específicas del marxismo dentro del marco del socialismo, y cuya
principal aportación es la necesidad de lucha del proletariado, que había
estudiado en el desarrollo del maquinismo inglés por su liberación frente a los
patrones y que podía por sí mismo sobrevivir en una sociedad sin clases.
Libertad, Igualdad y Fraternidad habían sido las ideas de la revolución
francesa que estos pensadores transformaron en unas corrientes políticas que
iban a enfrentarse hasta hoy, sin llegar nunca a una solución definitiva, y que
fueron capaces de crear dos grandes guerras mundiales con más de 500 millones
de muertos en el siglo XX, cien de ellos asesinados en nombre del Estado, fuera
el que fuera, incluyendo el auge de los nacionalismos y de sus consecuencias: el militarismo, el
fascismo y el nazismo que actualmemte es la forma de Gobierno de Rajoy y sus
lacayos El dinero al Estado y a SUS
bancos y la ignorancia base de la juventud. De ahí que actualmente
España se encuentre un vacío de ideas.
La desaparición del comunismo y el fracaso de todos los países que lo adoptaron
como norma única. En realidad, hoy se discute más sobre el alcance del “Estado
Leviatán” de Hobbes (más impuestos) y sobre la sociedad del bienestar de origen
keynesiano que sobre cualquier otra cosa, y no como consecuencia de las
predicciones de Fukuyama (1990). Parece que las ideas se han convertido en
miserables. “Hechos y no palabras” podría ser la consigna del momento. No se
sabe muy bien si lo que impera es la ideología de la miseria (Proudhon, 1846),
o la miseria de las ideologías (Marx, 1847). Dos siglos han transcurrido desde
1812 y, sin embargo, ni la derecha ni la izquierda política logran dotarse de
contenidos pragmáticos continuos y relativamente estables. Por ejemplo, los
liberales eran la izquierda en tiempos de Fernando VII, y la derecha en tiempos
de la II Republica y aún hoy. En Europa, la derecha era nacionalista y
militarista hasta la II Guerra Mundial, pero poco después se creó la Unión
Europea (Adenauer, Schuman, De Gasperi), máximo exponente contemporáneo de la
superación del Estado nacional. Objetivo este último auspiciado desde el siglo
XIX por el internacionalismo socialista, aunque llegado el momento no participó
de los fastos de creación de tal organización transnacional. Vivimos hoy en un
mundo global, casi sin fronteras económicas y con la información inmediata por
el fenómeno Internet. Diríase que las ideologías en política han muerto, pero
subyacen en el fondo de los enfrentamientos políticos. Para que se hagan una
idea, solo internet son salvará de una masacre humanitaria.
La
Historia política muestra que los programas de la derecha y de la izquierda
evolucionan de manera rotunda y, a veces, errática. Quizás el caso más
elocuente sea la actual adhesión a la economía de mercado por parte de los
contemporáneos comunismos reciclados, como pasa en la ex Unión Soviética o en
la Unión Europea a causa del euro y de la unión Merkel–Sarkozy, asociados a
ideas liberales de la escuela austriaca (Von Misses, Hayek) frente a los de la
escuela de Chicago (MiltonFriedman) pero, sobre todo, frente a John Maynard
Keynes, padre del Welfare State, el estado del bienestar a través del
subvencionalismo estatal, bandera en general de la socialdemocracia, a veces de
derecha y otras de izquierdas. Una evolución más lenta y paralela fue la de
estas socialdemocracias de izquierdas desde la escisión de la Internacional
socialista. Sin salir de los límites de un país como Gran Bretaña, la izquierda
laborista del estatista Premier Attlee apenas sería reconocible en el gobierno
del privatizador Tony Blair. Su socialismo hubiera sido considerado dereca hace sólo medio siglo. Es evidente, entonces, si abundáramos en más ejemplos
obvios, que los cambios copernicanos de programas políticos no conocen
fronteras. La derecha y la izquierda políticas carecen de contenido estable a
escala universal y también nacional. Son tan relativas como en geometría. Otro
ejemplo: la “tercera vía”, propuesta tanto por el laborismo británico como por
los socialismos francés y alemán bajo la fórmula de que “apoyamos una economía
de mercado, no una sociedad de mercado”. Es decir, una disociación economía y
sociedad que M. Weber (1944) no veía como separadas, lo que resulta difícil de
comprender más allá de la retórica fácil del discurso hueco, y más difícil aún,
proviniendo de dirigentes de la socialdemocracia internacional que, si bien
nunca se han mostrado como revolucionarios plenos, al menos han sido tibiamente
progresistas, y que ahora se apuntan al que llaman nuevo socialismo del siglo
XXI, o la teología de la liberación de aquellos cristianos, una continuación de
las ideas de Marx con aire modernista, pero en realidad profundamente
conservadoras, de sus primeras Internacionales, en las que se separaron socialismo
y comunismo. Solo un comparativo y termino. PAÍSES DONDE EL Liberalismo tiene
representación: Irlanda, Portugal, España, Grecia, Chipre e Italia. Espero que
tengáis clara la próxima opción a votar.
Hay un partido que se lama P-Lib ( partido de la libertad individual)
ResponderEliminar¿Es una buena opción para quienes nos consideramos liberales?
Gracias.
Gracias anónimo, pero que no os de miedo dar la cara. Somos la única alternativa, pero hay que trabajar. Ya os sigo.
ResponderEliminarPues tiene razón,al final una guerra estolla se pasa de castaño oscuro.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo
ResponderEliminarExcelente,Juan
ResponderEliminarAsí es Sr. Pardo, pero observe ud cómo todo el periodismo al unísono, clama contra la rebaja salarial del 10% propuesta por el FMI, al tiempo que TODOS CALLAN sobre las medidas liberalizadoras que de implementarse, afectarían negativamente al grupo de los actualmente favorecidos por las restrcciones a combatir, pero POSITIVAMENTE a toda la sociedad.
ResponderEliminar¿Por qué del FMI sólo se dice lo antipopular, y no lo que sería un CLARO BENEFICIO para todos?
Que tomen nota nuestros políticos que no lo harán por ser todos persones ladrones. Gracias.
ResponderEliminarLO PAGAN CARO EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES
ResponderEliminaryo siempre he votado al pp por creer que era lo mejor para todos pero viendo lo que estan haciendo me he jurado que NO VOLVERE A VOTAR AL PP NUNCA MAS pero al psoe menos en blanco para siempre se estan comiendo mi negocio
ResponderEliminar